Página cultural del diario Noticias de Palencia
Página cultural del diario Noticias de Palencia
Número 8. 2 de diciembre de 1982.
Poetas de Palencia
Incluye el poema «Palabras para hablar a los hombres que no se fueron», de Marcelino García Velasco.
Gabino Alejandro Carriedo
Ahora que se habla del retorno de los poetas, ahora que Carlos Edmundo de Ory, cultivador del postismo (con Chicharro y Sernesi) ha dicho que «la sociedad moderna destierra a los poetas, ya desde ‘La república’ de Platón, a menos que sean Premio Nobel o algo parecido», ahora que -paralelamente- crece o debería crecer cada vez más el interés por la cultura local, bueno será recordar antes de que sobrepasemos la línea del aniversario, a dos de nuestros últimos poetas de posguerra, fallecidos en 1981: Antonio Álamo Salazar -para quien irá otro espacio- y Gabino Alejandro Carriedo, asiduo militante del postismo y, sin duda, la mejor y más conocida voz lírica de «nuestra» posguerra.
Bien estará recordar asimismo de antemano que poesía Hiperión ha dedicado, en 1980, su número 28 a una antología sobre Carriedo: Nuevo compuesto descompuesto viejo, con prólogo de Antonio Martínez Sarrión,
Entre nosotros habrá que acudir a José María Moro Benito (Poesía palentina de posguerra. Diputación de Palencia, 1980), (La entrevista en Paisajes con figura, de Javier Villán, 1980) ala reseña necrológica de la Catedrática de Literatura de la Normal de Palencia, Angeles Rodríguez Arango (Afanes del Magisterio, 64, Valladolid 1981). Esperamos, con lógica ansiedad, la tesis doctoral de César Augusto Ayuso, recientemente empezada en la Universidad de Oviedo,
Nace Gabino Alejandro Carriedo en la calle de la Plata (Palencia-La Puebla) el 12 de diciembre de 1923. Muere en Madrid el 6 de septiembre de 1981. Descansa en el panteón familiar de Palencia. Esta es, a grandes rasgos, su principal trayectoria biobibliográfica: 1933, Bachillerato en Instituto Jorge Manrique; 1937, aprendiz de mecánico en la Fábrica de Armas; 1942, servicio militar en la Marina de Guerra (Almirante Cervera) en El Ferrol; 7-12-1945 (número 46), fundación, en el bar La Reja, con otros amigos, de la Peña Nubis; 1947, traslado a Madrid; intervención en la segunda y última etapa del postismo; 1950, fundación, con Ángel Crespo, de la revista y colección de libros El pájaro de paja; periodista en 1954; 1959, Id. Id. de la revista Poesía de España; 1966, Id. Id. de la revista, de arquitectura y arte Nueva Forma.
Libros de poesía
Poema de la condenación de Castilla, Palencia, 1942, con un curioso retrato; Madrid, 1964, Del mal el menos (El Pájaro de paja, Madrid, 1952); El corazón en un puño (La isla de los ratones, Santander, 1961); Política agraria (Poesía de España, Madrid, 1966); Los animales vivos (El toro de piedra, Cuenca, 1966); Los lados del cubo (Poesía de España, Madrid, 1973).
Habría que añadir su intensa obra de traductor de varios poetas brasileños y señalar que asimismo algunos de sus poemas han sido traducidos al francés, al italiano, al portugués, al holandés, al sueco, al ruso, al búlgaro, al húngaro…
Poesía densa, llena de aciertos expresivos, con contragolpe entre el dolor y la alegría vital, con fuerte alegato social.
Tal vez, por cuanto significan en la vida de un hombre, bastaría para condensarle estas dos imágenes sobre el nacimiento: (y nacer es lo mismo que si de pronto entráramos/en una gran ciudad que no habitara nadie) y sobre el cementerio (el campo de los muertos tiene sabor a esteras/visto desde la torre del crepúsculo ciego).
No menos interesante resulta su autodefinición: «Hombre bueno yo soy para el sombrío/mirar las cosas del revés y alego/que nada quiero creer y nada niego/cuando se trata del contorno mío». O esa quevedesca misión del mundo: «En las casas de los hombres/todos cuidan su parcela,/comen todos de su trigo,/todos cuecen su merienda/todos
tienen su apellido/bien guar dado en la alacena/todos hacen lo que saben/aunque ninguno lo entienda/todos hacen to dos reverencias,/todos nacen dando voces,/todos mueren dando pena».
Sátira social que se conjuga con la protesta más acre en poemas como el retórica e irónicamente titulado Recomendaciones para domesticar a una avestruz:
«Primero se le coge de una pata,/luego se le propina un puntapié,/más tarde se le da un terrón de azúcar/y acto seguido pan y leche y palos …»
Curiosa es asimismo su identificación con el mundo arquitectónico:
«Siento y me crezco y me recrezco oyendo/gemir la grúa, el compresor, la hormigonera/ dentro de mí».
Entre los poemas de añoranza provincial -muchos de ellos del libro Política agraria- tal vez habrá que destacar el del Puente de los Canónigos o esta formidable encarnación de Támara:
«La recta horizontal M horizonte/quiebra la torre de la iglesia en TámarajAquí, primero, el bivio,/más tarde está la paja…»
Y entre los poemas epistolares, el Envío a Carlos Edmundo en esta hora precursora del silencio; Noticia al atardecer:
«Hace tiempo debí escribirte carta,/decirte, entre otras cosas,/»en la provincia llueve,/ mi hermana se ha metido monja/y yo perdí el empleo»./Tú hubieras contestado con tu letra/galante en el papel:/ «Siento lo de tu hermana,/pero me alegro de la lluvia/que beneficia a los cultivos»».
Y, desde nuestra intrahistoria literaria, este soneto, leído en la Peña Nubis el 15 de febrero de 1946 con motivo de la publicación de Sin primavera, de Fernández Nieto:
«Si el alma se te va, y si la existencia/con el hierro de su monotonía/te marcara y no llegaras al día/a que aspiras, audaz, y la conciencia/te hiciera renegar la adolescencia/ rebelde y juvenil de tu poesía;/ y si, loco, destruyes la alegría/ de sufrir y anhelar, y la demencia/te sumara a la cuerda muchedumbre/atrofiada y senil que quiere ahogarte,/libra tu corazón del pensamiento/y vuela con tu libro, que a la cumbre/de la azul soledad yo iré a esperarte,/también sin primavera, cara al viento».