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16 de abril de 2001

Página cultural del diario Noticias de Palencia

Por Jesús Castañón Rodríguez

Página cultural del diario Noticias de Palencia

Número 41. 25 de agosto de 1983.

Pidiendo la lluvia

Esta impresionante escultura a soplete, se nos antoja algo tan desconocido como autóctono. Es obra de un artista, Adolfo Revuelta, que trabajó varios años con José Luis Abril, nuestro conocido artes;ano, autor del proyecto o dibujo previo, que ahora, tal vez por aquello de «Hacer museos -los franceses dicen castillos- en España» (nosotros decimos en la arena) ahora anda obsesionado con la idea de crear una ciudad artesanal: ARTESANIA DEL HIERRO ABRIL.

¿Prenderá la idea? ¿Será tan sólo el sueño de una larga noche de verano? José Luis Abril, ganador en 1975 de la medalla de oro en Munich por su CANCELA DEL SIGLO VIII (72 piezas como ésta unidas por remachas, sin una soldadura) tiene incluso en la cabeza (y también en un plan mecanografiado el proyecto: Sal del ROMANICO; de FILIGRANA; de ESCULTURA; de ESCUDOS; de FORJA, de lo RELIGIOSO; de VERANO; de CURIOSIDADES DE HIERRO ADQUIRIDAS… El terreno (junto a su forja de Villamuriel) y 275 piezas para el futuro museo también los tiene. ¿Cuajará el proyecto?

Cuaje o no cuaje , estas imágenes son una viva muestra del interés de la idea. ¿Habrá más seguidores de la idea en esta tierra, donde la artesanía tiene raigambre y categoría de arte? El tiempo despejará la incógnita. 

Entre tanto ahí queda una de las 72 piezas de la famosa cancela; un pote palentino de la sala de filigrana y, sobre todo, este labrador implorando el agua, cuya fuerza y cuya expresividad desborda y salta con mucho los límites de la mejor artesanía para merecer todos los honores de la auténtica y aún de la mejor escultura, no menos importante por el empleo del soplete en su confección.

Desconociendo el dibujo original hay que reconocer la gracia y la fuerza creadora de Adolfo Revuelta, de quien José Luis Abril añora el poder creador y de quien nos dice que -por desgracia- ha dejado estas sus extraordinarias dotes de artista para dedicarse a la soldadura industrial. Es autor, sin embargo, de una interesante colección de trabajadores de diversos oficios -entre los que sobresalen campesinos y mineros: ambas profesiones muy palentinas, que salvados los tiempos, los materiales y las técnicas empleadas, yo me atrevería a comparar con la genial maestría de ese famoso RETABLO GREMIAL, que hace poco hemos sacado de una arquivolta historiada de Santiago de Carrión de los Condes para traerlo a la entrañable portada de nuestro último libro.

Con igual cariño que ahora sacamos del polvo de un museo casero, con aspiraciones de museo provincial o al menos público, estas esculturas de los oficios y de los hombres de nuestro tiempo, hijas del mismo talento creador -del genio universal del arte-, aunque realizadas tan al margen del clásico buril y de la vieja piedra.

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