Imagen destacada blanco y negro jesuscastanon.com
16 de abril de 2001

Página cultural del diario Noticias de Palencia

Por Jesús Castañón Rodríguez

Página cultural del diario Noticias de Palencia

Número 15. 20 de enero de 1983.

Escribir en Palencia

Sara Suárez Solís, catedrática de Literatura de diversos Institutos de Enseñanza Media de Asturias y varios años directora del Instituto Jovellanos de Gijón, es en la actualidad, catedrática de Lengua y Literatura en la Escuela Universitaria del Profesorado de Oviedo, su ciudad natal.

Conocida en el mundo de la investigación por numerosos trabajos entre los que sobresalen El léxico de Camilo José Cela (Editorial Alfaguara) y Análisis de Belarmino y Apolonio (Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo, 1974), ha derivado últimamente hacia la narrativa con Camino con retorno (Laertes, 1980), especie de reconstrucción sentimental de la vida provinciana reciente y Juegos de verano (Id, id. 1982), en estilo epistolar, en la que un conquistador maduro cuenta a un amigo toda su angustiada andadura y el lento desmoronamiento de su hogar. La acción, situada en el verano y en las cercanías de Oviedo, transcurre lentamente con una larga y a veces irónica descripción de los personajes, cuyas andaduras confluyen en ocasiones con los de la primera de sus novelas.

Lo curioso para nosotros es que Sara Suárez, asturiana por los cuatro costados, cuyos personajes hablan a veces bable para subrayar determinadas situaciones, es oriunda de Palencia, adonde suele venir últimamente los veranos, para escribir muchas de sus añoranzas asturianas desde las «orillasdel Carrión» en una especie de, retorno continuo, de hacer y deshacer el camino y el ovillo del tiempo, que le permite, desde la calma del verano palentino, recrear con ironía castellana temas y ambientes de situaciones literarias y vitales anteriormente compartidas por la escritora.

Escribir en Palencia resulta en este caso como escribir desde una transparente cristalera sobre la telaraña del recuerdo en esa bipolarización vital de Sara-Suárez: Palencia-Asturias, con retorno de Asturias a Palencia.

Luis Alonso, escultor abstracto

Luis Alonso es uno escultores jóvenes más representativos en el ámbito nacional.

Nadie le ha regalado su genio creador; pero nadie le ha impedido tampoco ejercer con tesón artístico desde niño. Porque la obra ya muy madura de Luis Alonso es el resultado lógico de muchos años de enamorada y total entrega a la obra. Una dedicación que nace con la infancia desde el taller familiar de su padre, donde él trabaja ya desde niño con independencia del tema funerario, hasta su actual cátedra de escultura en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Palencia.

Las raíces y la tradición familiar. que entronca con la escultura de Julio Gato con quien su padre ha trabajado de niño, y prosigue en los primeros ensayos del muchacho en e1 taller familiar. Trabajo simultáneo con el estudio del Bachillerato en el Colegio La Salle.

En esa línea de un buen .aprendizaje de las técnicas, del contacto total con el material y del dominio de la misma tiene capital importancia para el artista sus cuatro años de estancia en Toledo con Victorio Macho, de cuyo entusiasmo creador coge vuelos para una comprensión de la obra, para aprender a ver la escultura desde todos los ángulos y todas las formas, para la enorme fuerza plasmadora de los grandes volúmenes que manejaba e1 maestro palentino. Con él colabora, trabajando sin descanso. en la modelación hasta el mismo final de la estatua de Menéndez Pelayo, de Valle-Inclán, del monumento a Berruguete, preparado en el aula le dibujo del Instituto Jorge Manrique. Con el maestro estaba trabajando cuando, un día de verano, Victorio Macho abandonó para siempre su escultura pasando a soñar mayores monumentos a los pies de su Cristo.

Después Luis Alonso estudia en la Escuela de Bellas Artes de Valencia y, finalmente, en la de San Fernando, donde a la altura de 5º curso obtiene su primer premio en la exposición colectiva de los alumnos de la Escuela. De ahí arrancará la obtención de una beca de la Fundación Castelblanch para permanecer, estudiando, algún tiempo en Italia (Carrara, Florencia, Roma, lugares donde hará sus primeras exposiciones).

Al dominio de la forma, al profundo realismo aprendido en Palencia y en Madrid, donde simultanea los estudios en San Fernando con la asistencia a las clases de forjado en hierro del gran escultor José Espinón y su trato con Eduardo Capa, maestro de fundidores que ahora mismo está fundiendo su última obra, el Monumento a la Constitución. Luis Alonso añade ahora la inquietud por las nuevas formas, la tendencia al abstracto, influido en el arranque por Signorelli, de quien ha recibido clases en Carrara.

Su abstracto, que irá madurando a lo largo de la década siguiente, ha alcanzado varios e importantes premios nacionales –algunos de los cuales reseñamos al final- tiene un punto de referencia animal, con preferencia por la forma humana y la de las aves, cuyas extremidades siempre en movimiento, tienden continuamente hacia el eterno vuelo de la esperanza. Es una labor lenta pero implacable de análisis y de desgaste profundo de las facetas superficiales de la realidad viviente hasta llegar a la difícil o inalcanzable meta de la esencialidad radical. Esencialidad antiestática, siempre en búsqueda de otros vuelos más altos como esta figura humana del Monumento a la Constitución, cuyo brazo que pudiera ser ala, se extiende como una bandera al viento, dispuesto a ser contemplado en todas direcciones, desde la cercanía, desde la participación imprescindible del público espectador, que ha de girar en torno a la estatua con la constancia con que el autor lo hace desde la plataforma giratoria en que lo esculpe, de modo que la figura -como todas las suyas- pueda ser contemplada bajo mil ángulos distintos, bajo mil luces opuestas, bajo los contrastes generadores de un. concepto personal y nuevo, de múltiples y cambiantes enfoques: siempre en marcha.

Un extraño empecinamiento en el trabajo, en el acabado –siempre inalcanzable, en opinión del autor-, de la belleza total, intentada desde los trabajados y múltiples esbozos de los que surgirá la fuente de los múltiples modelados –un día forzosamente ya finales-, desde las múltiples materias de ensayo –terracota, tiza, poliéster…- hasta el pulido final de la superficie, cuando la inteligencia planificadora se vuelve tacto acariciante, tacto hecho arte, tacto placentero…

Y, junto a los animales en el supremo momento de la tensión suprema, en el épico instante de emprender el vuelo el águila, por ejemplo -cuando sus músculos son ya más vuelo iniciado que aferramiento a tierra, pero cuando todavía no ha despegado-, tal vez como extraño contraste, las fuentes nunca clásicas, siempre adaptadas al entorno y siempre murales -enormes murales en que la vegetación, el alma de los bosques como en las fuentes el alma de las aguas-, se siente siempre palpitar al fondo, por encima de cuanto pueda sugerirnos la engañosa forma, aquí una especie de quinta ala para nuestro vuelo y no un punto cardinal más para esclavizarnos a la voluntad creadora del artista. Y todo esto, pese al material: hormigón con pátina de oro, poliéster, mármol, siempre bien aprisionado por las restantes paredes de los interiores en las que el mural es más bien un grito desesperado hacia la libertad.

Vaya desde aquí un sincero elogio para el artista y para la obra, para un monumento que sólo puede verse y sentirse como un enconado canto a la esperanza. Uno más en las plazas de esta antaño ciudad sin estatuas y hoy llena de sugerencias que van desde el monumental Cristo del Otero a la Plaza de la Constitución, pasando por la plaza de Abilio Calderón, por la de Ponce de León, por la sugerente estatua de Pilar Herrero en La Rosaleda del Salón.


Ficha técnica abreviada

1968: Exposición colectiva de escultura en la Escuela de Bellas Artes, Premiado. 1969: Exposición colectiva de la Escuela de Bellas Artes de Carrara. 1969: Exposición colectiva en la Escuela de Bellas Artes de Roma. 1970: Exposición Pequeña Escultura en Valladolid. 1971: Exposición Una Obra en Marcha en el Palacio de la Música Catalana.

1972: VI Bienal Internacional de Pintura y Escultura de Zaragoza. Premio honorífico. 1973: IV Bienal Internacional del Deporte en las Bellas Artes, Madrid, Premio especial de escultura. 1975: Exposición en la galería Tom Maddok de Barcelona.1975: V Bienal Internacional del Deporte en las Bellas Artes, Premio Ayuntamiento de Zamora.1976: Exposición en la galería Mainel de Burgos. 1976: VIII de El Arte en el Metal de Valencia. 1976: II Bienal Internacional de Arte en Pontevedra, Medalla de Plata. 1978: I Exposición «Panorama 78» en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. 1978: V Certamen Nacional de Arte en Guadalajara, primer premio. 1979: V Bienal Internacional de Arte de Marbella. 1980: Primer Certamen Villa de Madrid. 1981: Realiza obras para edificios públicos.

Obras en permanencia en galerías

Galería Mainel, de Burgos.

Galería Tomas Maddok, de Barcelona.

Galería Múltiple, de Madrid.

Obras en museos y colecciones

Museo de la Diputación de Barcelona.

Museo de la Diputación de Pontevedra.

Museo de la Caja de Ahorros de Guadalajara.

Instituto del INEF de Madrid.

Colecciones particulares en España y extranjero.

Índice de contenidos