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16 de abril de 2001

Página cultural del diario Noticias de Palencia

Por Jesús Castañón Rodríguez

Página cultural del diario Noticias de Palencia

Número 37. 30 de junio de 1983.

Dos noticias de guías

Las guías, género entre nosotros tan extensamente cultivado que hemos tenido que venir permanentemente -incluyéndolas entre nuestras recientes publicaciones, vuelven a ser ahora noticia, por razones diversas:

La guía ilustrada de Palencia y su provincia, cuyas excelencias ya hemos subrayado en Noticias de Palencia del 3-3-83, por haber obtenido la mención de libro turístico, título que a nuestro entender tienen muy merecidamente ganado.

La Guía de la Villa Romana de Quintanilla de la Cueza, porque va a tener una «paraguía» o lo que resulte en un interesante cómic de Peridis, del que se ha dado reciente noticia en este periódico.

Literatura palentina: El otro Martín Santos

Si ahora, que es época de exámenes, preguntamos a cualquiera de nuestros estudiantes por Luis Martín Santos, el novelista, la respuesta es rápida y segura: el autor de Tiempo de silencio.

Si seguimos ahondando en la pregunta, la mayoría conocerán a fondo la novela, la problemática social planteada en la misma, los enormes aciertos estilísticos…

Si indagamos datos sobre el autor, nos dirán «de carrerilla» que nació en Larache (Marruecos) en 1924, que cursó medicina en Salamanca y se doctoró en Madrid en 1947, que fue director del sanatorio psiquiátrico de San Sebastián y amigo de Aldecoa, Sastre, Juan Benet… y que murió en accidente de automóvil de 1964.

Alguno, muy empollón, nos añadiría los títulos de dos obras suyas publicadas después: Apólogos (1970), y Tiempo de destrucción (fragmentos de una obra, publicados por J.C. Mainer).

Pero si contestamos que no, que no nos referimos a ese famoso novelista, sino a otro excelente novelista, también de nombré Luis Martín Santos, catedrático de Filosofía por más señas, palentino de nacimiento y de juventud -perteneciente al grupo NUBIS como poeta y ensayista palentino, cuya foto y la de su mujer, Pilar Rojo Nogal, adjuntamos para más fácil, identificación- serán muy pocos los palentinos menores de 50 años que sepan exactamente de quien hablamos.

Me temo que los más curiosos se atrevieran incluso a ir a las librerías y a preguntar por El combate de Santa Casilda, de Luis Martín Santos.

La reacción de muchos libreros oscilaría entre el asombro y la negativa: Que no, chaval, que Tiempo de silencio.

¿El combate de Santa Casilda? ¿Y a tí quién te ha contado ese cuento?

Pues si, señores, sí. El combate de Santa Casilda es la obra de uno de nuestros mejores narradores palentinos.

La fatalidad de tener el mismo nombre y los mismos apellidos que otro muy conocido y genial novelista ni quita ni pone mérito, aunque es cierto que hace prácticamente imposible la comercialización del libro.

Hagamos, por tanto, primero su ficha, por si alguien (me temo que no será fácil) tiene la suerte de encontrarlo por alguna de nuestras librerías.

Martín Santos, Luis.- El combate de Santa Casilda, Madrid, 1980, Akal editor, Colección Sibyla.

La novela, excelentemente editada, empieza así: El alimoche gira en redondo su vuelo. Tras él, había sentido una ligera vibración en el aire pesado de la tarde. En efecto, en la transparencia azul, un gorrión asciende torpemente, batiendo sus alas con desorden. La rapaz, pausada, ceremonial, pone la proa hacia el pájaro incierto, y la caza comienza con la seriedad de un rito, sanguinario. Alertado el gorrión, aprieta plumaje y se apresta al juego de la muerte.

Así de concisa, de poética, de exacta en la adjetivación… es la prosa de nuestro desconocido novelista Luis Martín Santos, hermano de Gonzalo Martín Santos, el autor de La torre, el puente y el río (Dietario íntimo de Puentecillas) (Imprenta Provincial, 1959), del que ya me he ocupado en otra ocasión (Noticias de Palencia,1975-1983).

Trece son los capítulos: Saturio, Hilario, Teonia, René, Las horas, El sermón, Amadeo, Fámulo, La comitiva; Titulcia, El prendimiento, Hipnos, Muerte.

Excepcional, la estructura, nada fácil de comprender.

Creciente el ritmo del libro, en el que la magia del número 13 y la parábola de la muerte (obsérvese su presencia en la entrada y en el fin del libro) juegan a lo largo de la novela las múltiples partidas del poder imaginativo de este profesor filósofo, cuyas palabras están permanentemente transidas de símbolos y metáforas.

Uno más de nuestros narradores, en una Palencia, donde la abundancia de poetas no nos ha dejado ver desapasionadamente, -hasta hace muy poco, acaso hasta esta década- la presencia, si menor en número, no menos importante en calidad, de narradores como César Muñoz Arconada (Ver los últimos estudios de Gonzalo Santonja Gómez y César Augusto Ayuso; Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses 47 y 48 respectivamente) o este nuestro olvidado y valioso Luis Martín Santos, a cuya primera novela publicada -tiene otras inéditas- acabamos de hacer referencia.

Poetas de Palencia

Incluye el poema «Yo sé que estás ahí, madre» de Jaime Federico Rollán Ortiz.

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