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16 de abril de 2001

Página cultural del diario Noticias de Palencia

Por Jesús Castañón Rodríguez

Página cultural del diario Noticias de Palencia

Número 21. 3 de marzo de 1983.

Guías de forasteros: Cuatro guías turísticas y algunas guías más

Palencia es una provincia que, desde siempre, ha contado con abundante bibliografía sobre sus contenidos y sus valores turístico-culturales.

Algún día haremos una recapitulación de unos cuantos libros que llevan el monográfico título de Palencia.

Ahora vamos a ocuparnos en las habituales Guías Turísticas generales, en las que esta incipiente década del 80 ha habido ya sus cambios importantes.

Empecemos diciendo que. dentro de este siglo, el adelantado en la materia fue Ambrosio Bengoa que con su Palencia y su provincia Guía del turista, obtuvo un éxito sin precedentes. por lo cual el autor recibió en el Hotel Central Continental el 9 de mayo de 1920 un multitudinario homenaje de sus agradecidos paisanos y una larga serie de felicitaciones y, de críticas favorables, que le dieron fama de alcance internacional y le obligaron a realizar otras guías y trabajos del mismo carácter.

En 1932 vuelve a repetir la obra. ampliándola con el título de Palencia- Guía del turista (Noticias de Palencia, 16-12-82). A medio siglo de distancia, la Guía de Garrachón resulta una curiosa vitrina. llena no solo de repantigados señores que muestran orgullosos su agrupación como miembros de diversas colonias palentinas -la de Reinosa, la de Madrid. la de Santander… todas ellas rebosantes de palentinismo por los cuatro costados- sino de sabrosos anuncios de chocolates, de detallados estudios sobre los centros culturales, de abundantes rutas provinciales y hasta de seis curiosas rutas para visitar la capital de la provincia. con el fin de obtener casi microscópicas visiones de nuestras bellezas artísticas desde diversos puntos de enfoque. Inolvidable asimismo por la serie de personas entrañables y de los románticos nombres de las tiendas y, establecimientos públicos, que la guillotina del tiempo ha borrado de forma inexorable a golpe de piqueta en una Palencia tan renovada desde sus cimientos que apenas si nos queda ya ni el barrio de La Puebla. Nombres, monumentos, fotografías, instituciones culturales y recreativas no son sino la imagen de un bello y borroso daguerrotipo.

Síguela la Guía turística de Palencia y su provincia, premiada a D. Valentin Bleye por la Excma. Diputación Provincial en 1953. La última edición. con la Torre de San Miguel en la portada, es de 1977 y está ampliamente revisada por la Institución Tello Tellez de Meneses. Al frente, este interesante texto de Víctor de la Serna: Palencia, esta provincia vertical como Burgos, es la concentración más fuerte de motivos turísticos arqueológicos que hay en España. Si se trata de la arquitectura románica, es la más rica concentración de Europa y, por lo tanto, del mundo.

El Dr. Casas Carnicero, prologuista de esta tercera edición aclara a la entrada del prólogo: Nos gustaría poder decir como presentación: Esta es nuestra provincia. Pero esto sería falso. Nuestra provincia es algo bastante más complejo de lo que dice este librito. Puede ser quizás guía de un primer contacto con ella. Puede servir de recordatorio e incluso información para quienes llevamos muchos años en ella. Es una guía para el turista, pero es algo más y algo menos que esto.

La Guía de Bleye, que ha venido sirviendo casi de único libro de consulta para el turista en los últimos 30 años, constituye un indudable acierto por su brevedad y por sus certeras puntualizaciones. Está hecha en razón principalmente del turista más o menos culto o interesado por nuestros monumentos y nuestra historia. Los datos eruditos están cuidadosamente compendiados de forma que su lectura, sin resultar pesada, resulte ilustrativa. Su formato de bolsillo y su abundante ilustración vienen a favorecer los fines apuntados. Tal vez, por cuanto el propio Bleye era consciente de que una parte importante de Palencia -su paisanaje y su paisaje más íntimo- queda fuera de la Guía- había ido escribiendo una serie de crónicas en El Diario Palentino que el propio periódico recogería en 1950 en forma de libro con el título de Rapsodia de la Ciudad abierta -portada de Ricardo Cesteros- que ahora la Caja de Ahorros y Monte de Piedad acaba de publicar nuevamente con una ilustración musical que sin duda hace ilusión a la primera palabra del título. En ella predomina lo musical y lo auditivo, así como ese complemento que en la Guía se echa de menos, como bien señala Ángel Casas en el citado prólogo: Hay algo que no podemos describir paso a paso a nuestros lectores y este algo forma parte de nuestra provincia y debe estar al alcance de quienes intentan conocernos: me estoy refiriendo a nuestros hombres.

Esos hombres y otras muchas cosas están presentes en de Rapsodia de la Ciudad abierta.- Dietario lírico, escrita en prosa de periódico pero con frecuente evasiones hacia la poesía: Si Castilla es algo en la Historia del mundo, si representa nada menos que un verbo y una proyección cultural buscando los derroteros de la rosa de los vientos … todo esto -nosotros lo sabemos mejor que nadie- se forjó en estas tierras pardas, en estas llanuras despejadas, desde los valles de Campoo hasta los trigales del Cerrato. Tal fue la célula generatriz (Mensaje de remenbranza).

En las singladuras del Canal: Las barcas del Canal de Castilla van a navegar con tracción mecánica. Con ello va a terminar la poesía anfibia de estas naves de tierra adentro que, como los mitológicos centauros, participaban de una doble naturaleza: eran mitad barco, mitad yunta.

En El tío Mentiroso: Aún nos parece escuchar su cantata monocorde y, con un mismo diapasón grave y lastimero: ¡ElDiariooooooo Paleeeeen … tinoooooo! Más que un pregón era una melodía en «mi bemol», que tenía ciertas reminiscencias de canto gregoriano.

En La melodía del silencio: Hasta ayer fue Palencia una privilegiada ciudad en la que todavía el silencio era posible. Le llamábamos entrañablemente «la ciudad del silencio»…

En El crimen del ermitaño: el relato asonantado, en viejo romance de juglaría…

Veinticinco de noviembre

El pelado Otero escalan

Y en la casa de la ermita

Suena las aldabadas

Y por el estilo, los recuerdos de la fiesta de El Corpus, del Bolo de la Paciencia, de la Romería de San Marcos, de Manolo el Gitano, de El Birria, de El hombre de los pájaros adivinadores…

La otra Guía importante es de la Editorial Everest, «edición española a color, de Cayetano Enríquez de Salamanca (León, 1980). Lógicamente prima la imagen, muy buena por cierto, en la mayoría de los casos y muy apta para quienes en una primera impresión se llevan grabada en sus pupilas esa inolvidable prestancia del arte palentino, esa excepcional riqueza artística a que ya había hecho alusión Víctor de la Serna. La Torre de San Miguel de la portada o El Cristo del Otero de la portada interior, son un ejemplo de la belleza de la edición.

El carácter práctico de la misma salta a la vista y su valor de difusión de nuestro arte e evidente. Se titula -como las guías que a continuación voy a citar- Palencia, a secas. Se cierra con unas páginas amarillas «Información práctica de Palencia», en que junto a un índice por pueblos se añaden servicios necesarios, nociones de gastronomía y otras referencias útiles al turista.

Obra de José María Gallego es asimismo Palencia, editada por la Caja de Ahorros y Préstamos, tamaño folio con excelentes ilustraciones en color, en la que junto a algunas aclaraciones literarias sobre El Cristo de la Claras y El Otero, se añaden amplias reseñas de las rutas turísticas, ocupando un espacio especial la Montaña Palentina. La sobriedad en la redacción del texto y la nitidez de las ilustraciones son sus características más notables.

En diciembre último, la Excma. Diputación Provincial ha presentado su Palencia, de original formato muy alargado y con vistosas y originales fotografías. En el interior se añade: Guía ilustrada de Palencia y su provincia. El texto es de Justino López y la ilustración de Miguel Martín, Florencio Domínguez y de los Archivos de ICONA y de la Secretaría de Estado de Turismo.

Con el texto, moderno y breve -sin erudiciones- hay que destacar, junto a la belleza de la ilustración, la certera selección de las diversas rutas, magníficamente extractadas en gráficos adecuadamente colocados al principio de cada zona. Se divide en: I.- La provincia de Palencia. II.- Monumentos y obras de arte. III Rutas: ruta del Cerrato, del Camino de Santiago, de los Alcores, de los Campos Góticos, de la Valdavia, del Románico Palentino, del Agua y del Paisaje, del Arte Romano. IV.- Otras cuestiones: comida y bebida, la artesanía, fiestas y folklore, el deporte y la salud.

Lleva también en páginas sepias sueltas, una larga lista de servicios como hospedajes, bibliotecas y museos, talleres de reparación de automóviles, agencias de viajes, cines…

A lo que se añade un mapa de la provincia, abundancia de gráficos y un interesante índice de pueblos.

La lista de trabajos sobre nuestra provincia no terminaría si no añadiéramos los libros especializados. Sólo ha sido este un asomarse a los habituales cauces de difusión de nuestra cultura y de nuestra belleza, de nuestro paisaje y de nuestras gentes, algo que en la década de los 80 estamos seguros, a juzgar por los primeros síntomas, alcanzará una enorme expansión y en la que la literatura hasta ahora existente sobre el tema no será más que el entrañable y lejano quicio, el punto de arranque o la piedra angular del cimiento en este afán de dar a conocer lo que bien merece ser conocido y admirado de todo el mundo, en primer lugar -por supuesto- por nosotros mismos y por nuestros hijos.

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